Sabes que el soporte es precario
la técnica es mantenerte inmóvil
para que no se resienta
pero este cede un poco.
Ahora intentas sostenerte
sin reforzar el soporte
aceptando el enigma
de los vértigos de la inestabilidad
caminando con la mirada borrosa
y con el miedo como el que sienten
los perros cuando se separan
un instante de sus dueños
forzando ese círculo cerrado y vicioso
hasta quedar a la intemperie
ese vacío donde poder argumentar
nuestros deseos.
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